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lunes, 12 de abril de 2010

Respuestas que generan preguntas

Quiero compartir con ustedes una poesía escrita por una docente que trabaja en una escuela primaria de una zona urbano-marginal de esta ciudad. Lo hace en un 4to grado que cuenta con 42 alumnos y alumnas, 19 con sobre edad de 1, 2, 3 y hasta 5 años. Ante los informes y planteos de la docente se niega el desdoblamiento del grado por razones presupuestarias y se propone el traslado de algunos/as alumnos/as a otras escuelas que ya están sobrecargadas. Cuando escuchaba el relato sobre lo que acontece en esta escuela me pareció que las situaciones de profunda complejidad que atraviesan este lugar no sólo ponen en evidencia las contradicciones de un sistema educativo que se considera inclusivo, sino que también pone al descubierto la incapacidad de las profesionales contratadas para abordar estas problemáticas, claro está que hay una relación directa entre funcionamiento del sistema educativo y quienes se desempeñan profesionalmente dentro de él. Estas relaciones están atravesadas por una multiplicidad de factores, pero hay uno en particular que me parece fundamental que nosotros podamos discutir, y tiene que ver con el perfil de los y las egresadas de esta facultad: ¿para qué nos forman? O ¿para qué nos formamos? Y si bien en esto juegan cuestiones individuales me parece que también es positivo que podamos socializarlo: ¿Qué buscamos en la carrera?

Es cierto que cada niño y cada niña es diferente a los otros/as, que tienen particularidades que deben ser abordadas como tal, pero por qué, por ejemplo en el caso que traemos aquí, las respuestas institucionales son la particularización en uno o dos sujetos “conflictivos” ¿no es esa una manera de poner toda la responsabilidad en esos niñas y niñas y evadir la responsabilidad de la organización institucional y política de lo educativo? ¿Estamos formados para eso y la realidad de obstinada que es no se esfuerza un poco para adecuarse a las teorías que la explican? ¿O es que son teorías que dan cuenta de otras realidades y no de aquellos emergentes que exigen abordaje?

Después de varios años de trabajar con proyectos artísticos-educativos en barrios, asentamientos, circunstancialmente en cárceles y diferentes organizaciones sociales, decidí inscribirme en la facultad cuando sentía que ante la complejidad de estas prácticas yo empezaba a encontrar mis límites, creo que el compromiso con los procesos comunitarios implica necesariamente un compromiso con el conocimiento. Empecé con un “veamos qué onda…” pero lo cierto es que desde el primer año de cursado inicié un proceso totalmente movilizador, de relectura y resignificación de esas prácticas. Sin embargo, no puedo dejar de hacerme preguntas y dudar permanentemente de lo que nos enseñan en la carrera. A medida que más conozco el desempeño en diferentes ámbitos de trabajadores/as sociales, psicólogos/as y pedagogos/as me resulta más fundamental que nosotros discutamos sobre qué cosas nos enseñan, por qué, para qué. ¿Hay algo que produce un abismo entre nuestra formación disciplinar y las practicas laborales? ¿O es que verdaderamente estamos formándonos para disciplinar niños y niñas, contener adolescentes e infantilizar adultos/as?

En particular nunca se me ocurrió pedirle permiso a ninguna institución para hacer lo que consideraba que tenía que hacer, claro que a medida que cumplía años el anarquista se me fue aburguesando, pero aun pienso que si bien la universidad tiene el monopolio de licenciar, de habilitar, está muy lejos de tener el monopolio del conocimiento, considero que en la apropiación y producción de conocimiento las experiencias vitales son fundamentales e irremplazables y asumir esta consideración es a la vez asumirnos como protagonistas activos en nuestros procesos de conocimiento. Algunos/as especialistas consideraron y decidieron qué debemos aprender y qué no, nosotros por criterio de autoridad aceptamos eso como lo que debe ser, algunas representaciones nos marcan el deber ser del alumnado con unas cuantas variables, nos ubicamos en algunas de ellas y ya con eso nos alcanza para transcurrir por este lugar confiados en que el final del recorrido nos encontrará habilitados para abordar todas las situaciones que se enmarquen dentro de nuestro espectro disciplinar.

En un contexto nacional y provincial de profundas desigualdades sociales con su marcado correlato de desigualdades en la distribución del conocimiento, con una brecha social que viene ampliándose desde los '70 y que en los últimos años solo se desaceleró pero no se revirtió, con realidades educativas atravesadas por complejidades sociales y culturales, me pregunto: ¿Por qué no tenemos una materia que se dedique entera a la educación popular? ¿Por qué la pedagogía social se trabaja sólo en una materia optativa? Se me ocurren estas dos líneas pero podríamos hacerlo sobre tantas otras. Planteado así estas preguntas aparecen cargadas de ingenuidad, sabemos que las decisiones en torno a lo pedagógico exceden lo pedagógico en sí. Es que, con esto no estoy diciendo que hay que establecer discusiones en torno al plan de estudios, lo planteo en términos de acciones concretables, en relación a lo que nos resulta posible, pienso en la posibilidad de que los estudiantes organicemos espacios propios de discusión y formación, en función de nuestros propios intereses y de nuestras propias lecturas de la carrera y lo educativo.

Cuando siento que estamos un tanto descontextualizados con nuestra formación también pienso que el registro de descontextualización o no, depende de dónde tiene uno puesta la mirada, también me parece interesante dialogar en relación a eso porque es probable que al imaginar o iniciar la práctica muchos estemos apuntando a lugares que no se presenten conflictivos en relación a esta formación. Lo que se nos enseña responde a unas miradas, lo que no se nos enseña está fuera de esas miradas. En mi caso considero que quienes armaron el actual plan de estudios miraban a un lugar diferente al que miro, no por eso puedo afirmar que todo lo que se enseña es rechazable o que nada de lo que se enseña sirve a los propósitos que yo me planteo como válidos, lo que quiero decir es que el contenido de cada materia y la suma del contenido que hace a la carrera es un recorte del todo, por lo tanto hay un universo que queda fuera, que queda excluido de las miradas que se ponen en juego en la carrera y todo eso que no fue seleccionado no nos está vedado, son todos objetos de conocimiento potencialmente elegibles por nosotros. Lo diverso no siempre tiene que ser antagónico, el propio cursado dispara inquietudes de ampliación, de profundización o de búsqueda de aquello que no aparece, a mi criterio lo importante aquí es reconocer nuestra posibilidad y nuestra libertad de buscar y de elegir nosotros mismos aquello que otros no eligieron por nosotros.

Ahora sí, va la poesía:


¿Respuesta?

Echar, correr, expulsar, vomitar,

repudiar, censurar, sinónimos dichos entre cuatro paredes

Por un sistema educativo que pregona la inclusión.

Antonimia de una sociedad igualitaria,

Justa que ajusta y asusta.

¿Dónde están ahora los del cabello enmarañado,

los de la mirada triste y desafiante?

Este vacío pupitre habla por ellos.

Qué impaciente paciencia me ocupa

Desmedida quietud, no me interesa este silencio de ausencias.

¡Dónde están ahora!

Trasladados como muebles como objetos en desuso,

Descontados del presupuesto, un número más que sobra,

Un nombre tembloroso que espera desesperado.

Emborrachando sus once años en algún hueco,

Donde seguirán estando años más tarde hasta volver e ser expulsados a un hueco tal vez más profundo (el “tal vez” es mentira, es solo un escape de esperanza, un descuido inquieto del corazón o de la conciencia culposa).

Dónde estoy ahora, de qué lado., ajena a sus dolores,

Mezclo un café, calienta mientras justifico con otros mi cómplice aceptación, mi silencio.

Y congelo su futuro en una trágica foto policial.


Alba Natalia Albornoz, 05.04 .2010


Nota enviada por: Adrián.

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4 comentarios:

Ximena dijo...

Excelente la nota, y la poesía. Saludos.

Matías dijo...

"que los estudiantes organicemos espacios propios de discusión y formación, en función de nuestros propios intereses y de nuestras propias lecturas de la carrera y lo educativo"

ojalá podamos concretarlo algún dia

Majo dijo...

Me encanta esta nota!!! Adrian, pasate por la mía y deja un coment! Bs.

pedagogoloco dijo...

ta weeeenaaa

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